Marcelo Bizzarri
Yoga & Masaje Tailandés
Marcelo Bizzarri
Docente de teatro, bailarín, instructor de Yoga, instructor de Streching Global Activo®, Masajista técnica Tailandesa.
A lo largo de mi vida me he sentido motivado a aprender e investigar sobre la salud y el cuerpo a través de distintas prácticas de movimiento. El deporte, la danza, el yoga y el masaje, fueron y son al día de hoy, el camino para mi desarrollo personal y profesional. Me siento enormemente agradecido de poder transitar este recorrido que tanto me inspira y poder compartir mi experiencia con aquellos que sienten el mismo entusiasmo de transitar un hermoso sendero, a través del yoga y el masaje tailandés, de crecimiento personal.
A continuación, descubre más sobre mi trabajo en Yoga y Masaje Tailandés:
Yoga
"Mi objetivo es que puedas adquirir nuevas herramientas para aprender y generar pautas de movimiento más saludables."
Masaje Tailandés
"En el masaje tailandés, el masajista recorre el cuerpo del paciente aplicando diversas técnicas que ayudan a reducir su tensión física y psíquica..."
Una experiencia corporal
Desde niño, el cuerpo ocupó un lugar de muchísima importancia en mi vida. La práctica de distintos deportes sostenida a lo largo de mi infancia y adolescencia me permitieron desarrollar habilidades físicas que me generaban mucho placer.
Esto se profundizó cuando comencé a estudiar teatro, primero como hobby y luego para ser docente. Una nueva etapa comenzó al descubrir que el cuerpo podía ser un medio de comunicación, de expresión. Un cuerpo presente en escena requería un trabajo particular, una consciencia distinta a la del deporte. El conocimiento sobre el teatro antropológico me deslumbró en este sentido.
Luego la danza enriqueció aún más este camino, trabajando intensamente durante 4 años en una compañía profesional de danza contemporánea en argentina. Allí pude ahondar mi experiencia y mi conocimiento corporal sumando el estudio teórico sobre el cuerpo para su mejor comprensión.
A lo largo de este período comenzaron a surgir dudas, preguntas, acerca de la salud, el cuidado del cuerpo, el cuidado de la mente. La danza me facilitó el camino hacia aquellos interrogantes y un mundo nuevo se abrió, apareciendo prácticas y técnicas corporales que hoy son parte de mi hacer cotidiano.
El Yoga
Con un libro comencé a practicar yoga, haciendo las posturas en una habitación de mi casa, por la tarde. Me auto corregía, mantenía la postura unos minutos y luego de media hora de práctica terminaba con respiraciones profundas para relajarme. Años más tarde, siendo ya bailarín, la práctica de yoga se hizo constante, antes de comenzar la clase de danza, concurriendo a un estudio de yoga o en casa antes de dormir.
La rutina constante desencadenó un cariño especial con el yoga que me llevó a profundizar más en el estudio de la filosofía y los asanas. Luego de estudiar durante un año y medio, me convertí en instructor. Esto produjo un cambio sustancial en mi práctica y mi visión del yoga. Desde entonces tengo la posibilidad de compartir con otras personas lo aprendido, junto a aquellas preguntas que me motivan desde el principio.
El Masaje Tailandés
Desde que comencé con el estudio del masaje tailandés, este me ha atrapado. Ante cada nueva sesión, experimento una particular sensación de tranquilidad desde donde comienzo a fluir junto al cliente, en una especie de coreografía que lo invita a acompañar mis movimientos y dejarse llevar por la danza. Esto transforma a cada sesión en una meditación activa, en la que trabajo mi presencia, mi modo de ser, estar y hacer.
Es a la vez un hermoso desafío ya que supone una profunda observación sobre la persona para entender sus necesidades y así aplicar mis conocimientos en beneficio de su bienestar.
Creo que el masaje tailandés tiene la posibilidad de crear un vínculo de confianza a partir del contacto, lo cual es imprescindible para conducir a la persona a un profundo estado de relajación. Aplicar la presión adecuada, el movimiento adecuado, observar el ritmo respiratorio, son entre otros, elementos que contribuyen a la calidez, a la seguridad, a la cualidad del contacto y que determinan dicha confianza.
Es un momento muy gratificante cuando al finalizar la sesión de masaje, compartimos con el cliente la misma sensación revitalizante que nos regala esta hermosa danza.